Cuando la conciencia colectiva social y ambiental es mayor que la responsabilidad del poder político.
Engaños por doquier
Por todas partes publicidades, discursos económicos y políticos anuncian subliminalmente: “todos pueden –potencialmente- acceder a estándares de vida elevados” o, “los beneficios del progreso están al alcance de todos por igual” o, “debemos sostener la moneda para garantizar el consumo», etc.
Me pregunto ¿se desconoce que para la mayoría de la población mundial (más del 50%) resulta, literalmente, una quimera acceder a dichas propuestas? Y que, con los modos de extracción, producción, distribución, consumo y desechos reinantes sería ciertamente insostenible. Como sabiamente lo expresó Mahamad Ghandi en 1948: “Si la India aspirara a que todos sus habitantes posean el nivel de vida del Reino Unido, necesitaríamos dos planetas”.
Haciendo memoria
¿En qué punto ha quedado la necesaria mutación de los sistemas de extracción, producción, distribución, consumo y desechos? Un poco de memoria…
A partir de los años 60 la comunidad científica alerta a gobiernos, y al público en general, sobre los graves problemas que enfrentaría el planeta en relación a pobreza, pérdida de biodiversidad y deterioro medioambiental. Las voces surgen, en particular, del movimiento pensadores sistémicos, quienes señalan que la dinámica los sistemas socioeconómicos y ambientales resultaría insostenible, o expresado en terminología de la Teoría General de Sistemas ….
“La organización actual de los sistemas socio-ambientales, la interacción de sus múltiples variables, sus propiedades integrativas y emergentes evidencian una dinámica que los llevaría a la auto-destrucción o, a inevitables situaciones de ruptura de los equilibrios posibles”.
Los cambios climáticos, el calentamiento global, la contaminación, la alteración de los eco-sistemas, el agotamiento de los recursos naturales, el agotamiento de sumideros, la falta de agua, la pobreza, marginación, el hambre, las epidemias, etc, resultan ser los comportamientos –o propiedades emergente- que nos muestran claramente la ruptura de los equilibrios dinámicos entre los distintos sistemas y subsistemas sociales y ambientales.
En 1972, el Club de Roma presenta el Informe Los límites del crecimiento, realizado en colaboración con el MIT para la simulación informática. La tesis de este trabajo concluye que, en un planeta limitado, las dinámicas de crecimiento exponencial (población y producto per cápita) no son sostenibles. Así, el planeta pone “los límites al crecimiento”, tales como, los recursos naturales no renovables, la tierra cultivable finita, y la capacidad del ecosistema para absorber desperdicios.
Desde 1972 hasta el presente una atiborrada Agenda Internacional en torno a la Sustentabilidad Social y Ambiental con evidentes pobres o escasos logros. Finalmente en el 2009, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible (CMDS) de Copenhague, en un clima de mucha tensión, “no transmitió ninguna esperanza de cambio substancial, ni siquiera una indicación de que los líderes mundiales sean suficientemente conscientes de la vastedad y urgencia del problema”.
La ciega ambición
Esta cumbre se transformó, según opiniones convergentes, en la instalación definitiva de una lucha ideológica entre países pobres y ricos, contaminantes y perjudicados. Cabe destacar que, paralelamente a las Agendas Globales, existieron otras líneas de acción, que en muchos casos han tenido mayor impacto en la modificación de la problemática social y ambiental, tales como el accionar de Organizaciones Ambientalistas y de Ayuda Sociales, Centros de Estudios, algunos Municipios, Estados provinciales y Organismos reguladores de Calidad y Procesos.
Estas líneas de acción, en muchos casos, han logrado significativa incidencia en los ámbitos regionales y locales. Lo más extraordinario de estos 50 últimos años ha sido la toma de conciencia colectiva respecto a la problemática de la pobreza, la marginalidad, el ambiente y la responsabilidad social.
Gracias al aporte de innumerables investigadores, científicos, intelectuales y trabajadores sociales nos encontramos en un presente donde la conciencia colectiva en materia social y ambiental es mayor que la responsabilidad que ha evidenciado poder político para resolver los acuciantes problemas que nos afectan.
La inclusión de estas temáticas en las agendas empresariales es aún limitada, las normas de valuación y exposición contable en la materia, resultan insuficientes. Los progresos en responsabilidad social y ambiental empresarial (RSAE) no modifican la dinámica de los problemas, sólo la mitigan. Lo que se percibe es que las Agendas Globales han mutado de, los grandes temas de las Sustentabilidad Social y
Ambiental hacia, Agendas Internacionales que entronizan la Sostenibilidad del Sistema Financiero. ¡Realmente un giro ingenioso de la creativa conciencia egocéntrica entronada en la super-estructura!
Me pregunto ¿Cómo resolveremos la Sostenibilidad Social y Ambiental planetaria? ¿Qué sucede cuando la conciencia social alcanza un estadio evolutivo más avanzado que el poder político? Una situación análoga (donde la conciencia social alcanzó estadios evolutivos por encima de la super-estructura) aconteció en el siglo XVII y XVIII y, produjo la caída del Absolutismo… tema que desarrollaré en próximo post.